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General de la Compañía de Jesús, que se había unido a Ignacio de Loyola desde los primeros momentos. Hizo los votos con San Ignacio en Montmartre, en París, y se entregó luego en Italia a predicar en múltiples ciudades. Fue enviado por Paulo III como teólogo a Trento. Brilló en el Concilio en el tema de la justificación, en el que se opuso el General de los agustinos, Jerónimo Seripando.
En 1556, después de la segunda sesión del concilio, fue designado General de la Compañía de Jesús a la muerte de s. Ignacio. En 1562 tuvo intervenciones brillantes en Francia, en el "Coloquio de Passy" y luego en la tercera sesión del concilio de Trento.
Murió en Roma a los 53 años, después de un período agitado, ante los ataques que sufrió la Compañía, a la que se oponían diversos miembros del clero romano. Dejó la Compañía extendida en muchas naciones de Europa y orientada su labor al servicio del Pontífice, pero consciente de su original misión apostólica y eclesial.
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